sábado, 18 de diciembre de 2010

Un nuevo propósito que lleve a un nuevo mindset

La armonía del viento soplando que evoca mi temporada predilecta del año, se rompe a menudo por los estridentes cuetes que acarrea consigo la actitud decembrina. Para muchos, el ambiente se presta para celebrar en familia, con planes caseros o tranquilos, para otros, el salir lo más seguido posible es una mejor opción para disfrutar este frio delicioso con buena compañía. Es un fin de semana más, cuatro días después de mi cumpleaños. Disfruté de un jueves con amigos y un viernes en compañía de una persona muy especial. La veo poco, pero cada que nos vemos nos dejamos de llevar por la magia del momento y la experiencia se convierte con el tiempo en un símbolo conmemorativo en la vitrina de la colección de momentos especiales de los dos. Si todas mis noches fueran así, este blog sería un cuento de hadas y no un foro para exfoliar mis triunfos y desencantos.

Hoy, como consecuencia de mis acciones, siento que la garganta se me quema y una gripa endemoniada es inminente. Este día y esta noche, he sido prisionero de mi cama, que me guarda, que me arropa y finge protegerme del frio mientras me apuñala por la espalda con ese maldito ocio que restriega en mi cara el sinsabor de la mis actos impulsivos. Impulsivo siempre, pero últimamente con una sobredosis de intensidad incontrolable que asusta a cualquiera que tenga algo de cordura. Me ilusiono de pronto como si fuera posible que las cosas sucedan como en una historia de ciencia-ficción donde tienes el trabajo perfecto, conoces a la mujer que soñaste y vives pleno de una vez por todas de ahora en adelante; y la realidad es que nadie está dispuesto a dar ese paso impulsivo, a tranquilizar a esa llama que arde por dentro como fuego insaciable que nos identifica a los seres ambiciosos de éxito y ambiciosos de cariño, que nos busca y encuentra a nosotros mismos urgidos por vivir lo que pocos se atrevieron y nunca se arrepintieron. Si vivimos rodeados de historias que nos arrancan un suspiro, ¿Por qué insistir en que la nuestra se escriba de forma ordinaria? No lo entiendo… lo que si he notado, es que el mundo entero parece entenderlo a diferencia mía.

Este año, lo he dejado todo por querer sorprenderme con la vida y perseguir mis pasiones en todos los aspectos, pero pasa el tiempo y poco a poco ando el camino por mí mismo y te das cuenta de que es muy fácil creer y muy fácil soñar. Todos creemos en algo y soñamos con algo, pero son tan pocos los que tienen las agallas para perseguir sus ideales, que esa mentalidad se contagia fácilmente y con una simple actitud indiferente o pesimista, podrían matar cualquier deseo de luchar. Aun cando las cosas salían mal, yo esperaba a que la gente reaccionara, a combinar las palabras perfectas y los sentimientos sinceros para hacer reaccionar a gente que quiero. Ya no más. Tantas veces me quede sentado esperando a que la vida me sorprendiera a través de alguien, que ya no tengo ganas de sentirlo y por fin, ya no espero que nadie de la sorpresa. Por eso mismo, hoy empiezo a dejar de creer en lo extraordinario. Será un proceso difícil, pero decido caminarlo para convertirme en una persona normal, en una persona más estable, en un ser humano mucho más pensador y luego ejecutor, y no en un maldito loco intenso soñador incomprendido. A pesar de mis actitudes, siempre he sido muy analítico y estratega al corto y mediano plazo. Es hora de dejar que eso aflore libremente integrarme en el regazo de la sociedad de los corazones comunes. Como un propósito de año nuevo, voy reducir considerablemente mis niveles de intensidad, reducir las veces que digo lo que siento y pensar más en que pueda pasar mañana. Eso me va a llevar más lejos en todo, de una forma mucho más ordinaria, con una historia no más sobresaliente que el resto de la gente, con experiencias meramente predecibles; pero al final de cuentas, más lejos. Hay gente que está hecha para vivir cosas fuera de contexto, y ahora sé que la vida no me hizo una de esas personas. ¡Lo cual está bien! No me siento triste al respecto, aprendí como estaba destinado para mi aprenderlo y ahora a disfrutar de la lección y practicarla. Además yo digo que si el 1% de las personas del mundo actuara como esperas y pensara como tú, no habría que buscar la felicidad porque hasta en los en rincones más inhóspitos de la tierra, estaríamos rodeados de ella. Suena bien, pero yo digo ¿Dónde esta el reto? A pesar de ser así, tuve buen saldo este año. Compre el coche que quería; me operaron 4 veces; renuncié a mi trabajo; puse una empresa; aprendí a ser productor de música; gané a un hermano y socio; conocí a gente increíble; toque en 4 bandas; me volví más familiar; hice más ejercicio y baje 9 kgs; invente 5 platillos de cocina; cumplí el 90% de lo que me propuse; me decepcione varias veces, pero seguí soñando. Así que arriba y adelante con este 2011. Quiero y voy a llegar más lejos en todo bajo estos conceptos... todo con nuevo propósito que lleve a un nuevo mindset.