Heme aquí sentado una vez más a donde los
dedos me lleven. Traigo algo atorado en el pecho, pero no, esta vez no es por
desaires o alguna situación adversa al corazón, de esas que me encanta buscar
de manera inconsciente (¿tal vez?), esta vez traigo algo muy bueno que desborda
y pide a gritos ser compartido. ¡El problema es que no se que es! Cabe la
posibilidad de que al fin vuelvo a ser yo después de tanto madrazo, de que al
fin deje de lado las ideas que no van conmigo y retome las que sí, o puede ser
que me encuentre en este éxtasis de riqueza emocional y pobreza financiera
debido a mi reciente “independencia” con mi nuevo hogar. En fin, pueden ser muchas cosas. El chiste es
que vuelvo a adoptar, con mucho amor, la luz que me hace brillar. Solo se
siente como si algo muy bueno me fuera a pasar, así como me ha venido
sucediendo al final de este diciembre de 2015,
y también se siente como que merezco este algo tan bueno que me va a
pasar.
En estos últimos días he desempolvado
muchas historias en mi vida, desde mis 9 años con Lucia – jajaja- hasta lo que trajo y se llevó este 2015; que
en apariencia emocional fue malísimo, pero toda una belleza de crecimiento
personal y espiritual, yo diría. Tanto se aprende en diferentes actitudes que
tomas ante lo que te rodea, que al final aprendes de tus reacciones, tus
acciones, tus pensamientos y por su puesto, de todo lo que callas y te cuentas en pláticas universales contigo
mismo sobre tu propia esencia con la
luna de testigo. La música vuelve a sonar y casi siempre ya se escucha con la
misma armonía de siempre, sin ningún mal recuerdo que la saque de tono y con la
energía de cada nota como si hubiera sido hecha hecha para ese instante en que
la escuches estés donde estés.
El sol sale y se mete muchas veces, y comprendes
que nada va a cambiar en tu vida si tu mismo no quieres cambiar las cosas. Ese
es el poder de tu “yo superior” sobre la realidad que tú mismo fabricas ante
tus ojos cada segundo. Empieza a tomar fuerza esa sensación de que nada de lo
que ocurre en el entorno puede afectarme, a menos que así lo decida; pero ojo,
que muchas veces decimos esta frase refiriéndonos a lo malo que nos rodea, sin
darnos cuenta que lo bueno que nos rodea, también es nuestra decisión dejarlo
actuar y entrar hasta donde nosotros queramos.
Hoy estoy en ese punto de valorar a la gente que esta en vida, soy
DEMASIADO afortunado con gente increíble que me quiere y me valora, así como yo
a ellos. El claro ejemplo de Susie, Paloma, Salim, Carlos, Mariangel, Denisse, Jonathan,
Johanna, mi familia etc… que, aunque haya pasado el tiempo sin ser tan
cercanos, siempre hay una muestra de cariño y valoración mutua que nadie más ha
podido igualar en mi vida, cada quien a su estilo y en muchas ocasiones rebasan
mi reciprocidad. También llegaron
amistades completamente impredecibles a mi vida que han sido parte de esta “manita” para abrirle la
llave a mi luz. A toda esta gente que hay en mi vida: GRACIAS desde el alma por acompañarme en mi camino y
aguantarme necio, terco y de malas y también cuando soy un tipazo que a veces
se me da J. Hoy lloré un poco en la oficina al leer este post que me llevó a
5 años atrás: http://mariangel-elovario.blogspot.mx/2010/12/este-es-el-dia-de-una-noche-feliz.html,
es algo increíble cuando alguien te recuerda quien realmente eres y te liberas
de lo que otras personas te hicieron creer que eras al no valorarte o tratarte
mal. Que ojo, no tengo ni el mas mínimo rencor para estas personas, solo
agradecimiento por llevarme a donde estoy hoy.
Creo que en el plano emocional ya me
canse de dar tanto y quedar con “las manos vacías” - en palabras el ego - ahora
me toca “recibir” y ser recíproco en la mayor cantidad posible. Desde luego que
simple vista del ego tengo “las manos vacías”, pero desde un plano más elevado,
salí de las experiencias de este año con las manos llenas de aprendizajes, de
amor verdadero y de realidades que aterrizaron en mi mente y en mi corazón para
demostrar la capacidad increíble que tengo de amar y hacer sentir amado a
alguien más. Estoy listo para lo que
venga y se que será muy bueno. Estoy recargado y en una etapa de mi vida sin precedentes. Es tiempo de aceptar que toda la abundancia en
mi vida siga fluyendo y que empape a mi gente más cercana. La merezco y así ya
es.