Gracias…
A ti que estuviste ahí porque realmente lo necesitaba.
A ti que me enseñaste, porque eres mi ejemplo.
A ti que no estuviste, porque me enseñaste a olvidarte.
A ti que me besaste, porque me enseñaste a soñar.
A ti que me dejaste, porque aprendí a valorar.
A ti que me lastimaste, porque aprendí a perdonar
A ti que me educaste, porque hiciste alguien de mi.
A ti que me golpeaste, porque forjó mi carácter
A ti que me ganaste, porque aprendí a superarme.
A ti que te preocupas, porque me haces sentir querido.
A ti que me escuchaste, porque me enseñaste el valor de la amistad
A ti que me apoyaste, porque al final seguí mis sueños.
A ti que me engañaste, porque aprendí en quien confiar.
Gracias, gracias, gracias. Gracias mil veces a Dios por demostrarme que en una sola palabra, cabe afecto, reciprocidad, educación y agradecimiento. Gracias.
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