martes, 8 de junio de 2010

La Caja Fuerte de Pasión

Escucho segundo a segundo el sonido del reloj estridente como el caminar de un gigante; recordándome que el corazón aun palpita en el hundimiento de la soledad que me abraza. Fugaces las memorias me atacan despiadadas, las recibo con hambre de una sonrisa y al final siempre acaba en vacío con notas de nostalgia por lo grande que alguna vez me sentí. Hoy me veo con otros ojos desde la mirada de un completo extraño. Puedo ver que espero en un rincón y notar las caricias que ahora son espinas en mi piel alimentando mi dolor.

Caminando mi sendero entre las calles de la vida, he cometido demasiados errores, de la mayoría me levanto y aprendo, otros cada día apuñalan mi espalda más profundamente y sangro simpatía. Entre los malos pasos que he dado, alguna vez prometí que no dejaría de amar. Peor es cuando en la soledad lo sigo cumpliendo. ¡Maldito es quien prometió sinceramente un sentimiento eterno! Por más especial que ese sentimiento parezca, le cerrará las puertas a vivir lo que el destino tenia preparado para él.

Es cierto que todos tenemos una debilidad inevitable que acarreamos desde el momento que respiramos por primera vez. La mía radica en las cadenas que mi cabeza impone a este corazón marchito. Tantas personas han intentado cortar esas cadenas y al final solo terminan oxidadas a causa de las gotas de cariño que derrama el pasar de la gente sobre este amigo desabrido. Lo rescatable: Ahora se que solo un ángel podría romper esas cadenas. La duda: Estoy dejando de creer en los ángeles.

Muchas veces quise huir y no volver, dejar de empujar y vivir junto al mar. Me he decepcionado a mi mismo en incontables ocasiones. Al final hay algo de belleza en conocerse y saber nuestros propios limites. Dando pasos pequeños en estos tiempos de vacío al ver quien soy, me doy cuenta de que a veces existen dos Julianes dentro de este cuerpo cansado. De momento no se cual habla. Solo se que mis mentiras son siempre sus verdades y es mi verdad con la que él mentirá.

Así floto en los días. Algunas olas son mas altas que otras. Es ahí cuando saco fuerzas de la nada y me digo a mi mismo "¿De que servía planear y tantos tragos amargos para llegar hasta aquí, si ahora no lucharás?" "Te estas tardando en reaccionar, abre los ojos y verás que el camino aun es largo y lo tienes que andar." Susurro en mi soledad palabras de aliento al espejo: "¡Ese día llegará! La emoción te hará vibrar y sentirás el corazón a tu pecho desgarrar con la furia de un volcán." Espero que eso suceda para ver brillar a mi estrella otra vez.

Ahora que me leo, creo que debajo de mis entrañas existe un profeta de mi propia existencia. ¿Que tanta verdad predica? El tiempo sutilmente me responde. Por ahora aprendí que muchas caricias puedes guardar en tu corazón, de todas las experiencias se aprende, tanta gente viene y va; te enseña, te cuida y te lastima... Al final tus memorias que recorren escalofriantes los bordes de tu ser, te recuerdan que solo te tienes a ti.


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